viernes, enero 07, 2011

Reyes Magos de Oriente

La mañana del día 6 de Enero fue la locura desatada. Mientras dormíamos apaciblemente Jordi y yo, vino corriendo Júlia a la habitación a grito de:
J - Han vingut els Gueis Mags de l'Oguient i han deixat molts guegals! Vinga, aixequeu-vos, que hi han molts guegals, de veritat!!!
Yo no podía con mi cuerpo. Estaba agotada de todo lo que conlleva la preparación de los Reyes Magos; además, los polvorones que habían puesto para que se los comieran ellos me los zampé yo, porque Jordi no quiso y me sentaron como una patada en el estómago. Pero alguien se los tenía que comer. Fue meterme en la cama y tenía una bola en la garganta de los dichosos polvorones. Pero la magia, es la magia.
Nos levantamos por la mañana y efectivamente estaba el árbol repleto de regalos, para todo el mundo, hasta para los vecinos de al lado que son un encanto. Los tenemos adoptados como si fueran nuestros abuelitos, Ramón y Pilar.
Por lo visto hemos sido buenos porque han dejado muchas cosas:
Para todos: un timbre para la puerta (el que tenemos lo quemaron las niñas de picar cada día y dejar el dedo pegado en el interruptor)
Para Jordi: Un libro: La bicicleta estática de Sergi Pàmies, un jersei, una corbata, y el sobre con pasta que nos da mi madre cada año.
Para mi: Un pijama (que me hacía una falta increíble porque me van todos enormes y los voy perdiendo por todas partes), unas cartas del Tarot (que siempre había querido tener), una chaqueta preciosa lila (este ha sido el mejor regalo por la anécdota que os contaré en otro momento y el sobre de mi madre (que todavía no sé que voy a hacer con la pasta. Estoy pensando en un e-book o un note book, no sé, no sé).
A Berta le han traído todo lo que ha puesto en su carta: Pluto que va de paseo (como teledirigido), la granja de los Little People, la pizarra Aquadoodle, el juego de bolos del Mickey Mouse, una Minie de peluche, una bañera con complementos de baño, un bebé, un coche enorme inflable con pelotas, en realidad es una piscina de bolas pero con forma de coche (su padrino cada año se supera con los regalos voluminosos), una princesa tipo Barbie (la Blancanieves), carbón,  un baso de chuches de los Lunnies, unas titellas de guante (tigre y vaca), alas de hada, disfraz de hada, un encajable de madera, un lienzo con un dibujo prediseñado (unas setas) con acrílicos para pintar.
A Júlia, le han traído también casi todo lo que pedía en su carta: patines de la Barbie, maletín de belleza de la Barbie, la escuela de las barriguitas, una mochila de la Tarta de Fresa, alas de hada, un disfraz de princesa pero de novia, una princesa tipo Barbie (la Sirenita), el Caballao Alado de Barbie y una Barbie, un busto de muñeca para peinar y maquillar, una caja enorme con accesorios de princesas y más accesorios de princesas, el cetro mágico jewelpet, un lienzo predidesañado (sirenita) con los acrílicos para pintar, chuches y carbón como a Berta y para las dos han traído unas tijeras para recortar con formas y la peli de la Blancanieves, cada año cae una peli Disney. Es que son tan chulas.
Un día cargado de ilusión, fui incapaz de hacer fotos ya que estaban tan excitadas que fue practicamente imposible.
Lo mejor es el día de después. Tengo todo el salón invadido por los juguetes. A la habitación de jugar no hay quien entre, ya que está llena de juguetes también. Tengo que entrar y hacer limpieza. Retirar juguetes que ya no usan y replantearla de nuevo, pero eso es un faenón.
Esta mañana Júlia me ha dicho que quería jugar con la escuela de la Barriguitas y he intentado montarla, pero para ello hay que tener un máster en ingeniería. Yo soy manitas pero tal y como vienen las instrucciones es bastante complicado de entender. He empezado y me he agobiado y he pensado que su padre se lo pasará mejor montando él el cole de los Barriguitas.
Así que he empezado con las tareas domésticas, no he parado en toda la mañana y parece que no he hecho nada, porque el salón sigue invadido por los juguetes y la habitación lo mismo.
Me he puesto a lavar la ropa.
El día de la cabalgata me enfadé con Júlia porque cuando vamos por la calle, tiene la manía de subirse en todos los escalones de locales o pisos o lo que sea y se pega a las persianas que están super sucias. Pues se escondió en la persiana de un local que estaba abierto y acababan de engrasar la persiana y toda la grasa sobrante quedo en su chaqueta rosa que quedó a rayas con grasa y óxido del hierro de las guías de la persiana. Jordi le dijo: Ensenya-li la jaqueta a la mama - y cuando le vi la chaqueta casi quería morirme. Pues esta mañana la he lavado y he conseguido sacar toda la grasa a base de KH7 de la cocina y frota que te frota. He estado bastante rato porque no había manera de sacarla.
Después les he hecho lentejas con arroz, que han quedado buenísimas y después de estar toda la mañana sin parar, de lavar, de sacar trastos del medio, cocinar y de escuchar a Júlia toda la santa mañana: "quan estará el dinar, quan estará el dinar", cuando por fin está la comida y le pongo el plato en la mesa, me dice que eso no le gusta y que no se lo piensa comer. Pero lo peor fue el tono. Un tono déspota y borde, que me ha hinchado las narices y he de reconocer que he perdido los nervios y la he puesto en su sitio ya de una vez. Le he dicho que es lo que había y que si lo quería bien y si no también. ¿Pero que se ha creído esta niña? Lleva una mañana de hablar en tono despectivo y borde con todo. Se ha pasado toda la mañana protestando, quejándose diciendo que ella no quiere una hermana, que no quiere desayunar (y luego se muere de hambre), en fin, unas tonterías que como no se las quitemos no quiero ni pensar en la adolescencia. 
Jordi acababa de llegar de trabajar y ha presenciado todo. Me he ido a fumarme un cigarro y a contar hasta diez antes de tener que lamentarme de algo que le hubiera hecho, porque la niña me ha tocado la moral y me he enfadado mucho. El padre la ha reñido y le ha dicho que ya estaba bien, que me pidiera perdón, etc... cuando estaba yo tendiendo la ropa, entonces ha venido a pedirme perdón y ha decirme que se había comido todo, que había ganado a su padre y a Berta y que las lentejas estaban muy buenas. Al cabo de un rato, oígo que Jordi le pregunta si me había dado un abrazo y le dice que me había pedido perdón y entonces el padre la envía a que me de un abrazo. ¿Y ahora que hago, me la como de postre o qué? A veces los niños son jodidamente déspotas y tiranos. ¡Qué rabia me ha entrado! Luego han estado jugando un rato y se han ido a dormir la siesta, a ver como se levantan. En toda la mañana no ha habido Berta, que ha estado entretenidísima jugando con sus juguetes nuevos y los que ya tenía... se lo ha pasado pipa ella solita.
Aquí os dejo como dejaron los Reyes Magos nuestro árbol:




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